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Tuesday, June 7, 2011

Como fueron los negocios de Anibal Gaviria con el Cebollero

Tomado de EL COLOMBIANO
Por casi una década Alirio Rendón, conocido como El Cebollero, hizo parte de la vida cotidiana de la Plaza Mayorista, como quiera que allí tiene algunos de sus negocios.

A Alirio Rendón lo catapultaron los licores
Rendón maneja el negocio a través de varias sociedades.

La FLA asegura que no es el único que vende licor en Antioquia.
Hace seis años que es uno de los distribuidores de licores de la FLA.




Medellín
Entre agosto de 2001 y marzo de 2002, Alirio Rendón Hurtado, el comerciante de verduras de la Plaza Mayorista, se convirtió en uno de los mayores distribuidores de la Fábrica de Licores y Alcoholes de Antioquia (FLA) en el departamento.

El Cebollero, como también se le conoce a Rendón Hurtado, era uno de los propietarios de Sumerca, un floreciente supermercado que empezó a distribuir en grandes cantidades los productos de la FLA.

Esa decisión se debió, según explicó el actual secretario de Competitividad del departamento de Antioquia, Juan Fernando Mesa Piedrahíta, a que el comerciante presentó ante su despacho, cuando era gerente de la licorera, una solicitud para distribuir licor cumpliendo con los requisitos legales. En esa época, la Gobernación de Antioquia ya tenía un contrato con Licoantioquia para que se encargara de esa tarea.

El hecho de que Sumerca se convirtiera en un competidor fuerte en la venta de licores fue calificado por Licoantioquia como "competencia desleal", surgida del despacho de Guillermo Gaviria Correa, en ese entonces gobernador de Antioquia.

La denuncia se basó en que la FLA decidió vender sus productos a los supermercados de la ciudad con descuentos mayores que los otorgados al distribuidor oficial.

Por la polémica, múltiples comunicados y cartas intercambiaron Licoantioquia, la FLA y la Gobernación. Entre tanto, Sumerca se afianzaba en su posición de distribuidor autorizado de la licorera. Según cifras oficiales de 2001, de enero a diciembre Almacenes Éxito vendió un millón 603 mil 820 unidades. Y de agosto a diciembre de ese mismo año, al iniciar su participación en el mercado, Sumerca vendió 4 millones 298 mil 962 unidades.

Licoantioquia sostiene que debido a la presión, y por hechos que se denunciaron ante las autoridades, tuvo que cerrar las bodegas en varios municipios por imposición de grupos armados ilegales. Así consta en una carta calificada de "confidencial" que, el 23 de octubre de 2001, Licoantioquia le envió al entonces gobernador Guillermo Gaviria, denunciando anomalías en Puerto Berrío.

"Lo extraño, señor Gobernador Gaviria, es que el mismo día del cierre de la bodega, dos camiones cargados con licor llegaron a Puerto Berrío y atendieron nuestros clientes tradicionales. Averiguando, nos enteramos que se trataba de camiones legalmente despachados de la FLA a nombre de uno de los nuevos distribuidores habilitados por la Fábrica, en la campaña que en cartas anteriores hemos denunciado".

El 20 de diciembre de 2001, y basado en sus reclamos, Licoantioquia decidió no comprar más licor a la FLA. A comienzos de 2002, la Gobernación canceló el contrato de distribución argumentando incumplimiento contractual de Licoantioquia.

La distribución en Antioquia quedó entonces en manos de Sumerca y de la naciente cooperativa Coomuca, de propiedad de Jairo Saldarriaga y de otros 37 socios. En tres meses esta última ya tenía el 60 por ciento de la distribución en el departamento, mientras que Sumerca tenía el 35 por ciento. El porcentaje restante fue para almacenes de cadena como el Éxito, Flamingo, Ley, Makro y otros supermercados.

La evolución
El 12 de abril de 2002, Juan Fernando Mesa Piedrahíta, gerente de la licorera regional, mediante la resolución 054 concedió la autorización para que Alirio Rendón Hurtado, a través de otra comercializadora (Los Balcones) vendiera productos de la FLA.

El esquema de distribución se mantuvo en el tiempo y Sumerca y Coomuca se afianzaron en el mercado en una competencia que llevó a una guerra de precios para hacerse con la mayoría de la torta.

En julio de ese año, Sumerca, el supermercado que se había convertido en uno de los distribuidores de licores de la FLA y que tenía como cabeza visible a Alirio Rendón, pasó a ser deudor de 2.300 millones de pesos. Por esta razón, la FLA demandó a Sumerca en un proceso administrativo que sigue vigente. Aún así Sumerca mantuvo la distribución.

A través de diferentes razones sociales como Licoant y Cooperativa Multiactiva Intermunicipal CBA (actual), Rendón Hurtado continuó con la distribución de licores. La nueva administración departamental del gobernador Aníbal Gaviria Correa mantuvo el esquema. Según cifras de la FLA suministradas por la Gerencia, a 31 de diciembre de 2006, CBA vendió 10 millones 164 mil 800 botellas (que en plata significaron 147 mil millones de pesos), del total de 33 millones 400 mil 191 unidades que vendió la FLA.

De enero a junio de 2007, CBA vendió 2 millones 229 mil 966 unidades, con una participación en el mercado del 16,4 por ciento. Esa cooperativa, que se fundó en Santa Rosa de Osos, fue gerenciada por Alirio Rendón, tal y como consta en varias comunicaciones internas que la Fábrica de Licores envió entre 2004 y 2005 a esa entidad. En la actualidad, según consta en el registro de Cámara de Comercio de Medellín, la representante legal de CBA es Leydy Maryori Arroyave Ruiz.

Uno de los distribuidores de licor del centro de la ciudad aseguró que a comienzos de año la FLA devolvió un cheque que la cooperativa giró a la licorera. A partir de entonces, CBA ha incumplido con los despachos. "Del 100 por ciento de un pedido, por ejemplo, nos está llegando el 60 ó 70 por ciento. Eso les está pasando a muchos", aseguró.

Sin embargo, el gerente de la FLA, Javier Ignacio Hurtado, explicó que, desde el 7 de julio de 2004 al 27 de diciembre de 2006, a CBA se le ha multado, por devolución de cheques, con 100 millones 778 mil 266 pesos, cifra que ya fue cancelada por la cooperativa. Pero Hurtado agregó que no tiene registros de más devoluciones posteriores a esas fechas.

La distribución de licores fue el negocio que acrecentó el poder económico y la influencia de Alirio Rendón alias El Cebollero, dentro y fuera de la Plaza Mayorista, una influencia cuyos supuestos excesos hoy investiga la Fiscalía.

“También hay que preguntarse por qué casos como el de Upegui, o el ‘Cebollero’ o ‘Danielito’ nunca prosperaron en la Fiscalía de Medellín”, dijo un investigador retirado. Y a ese listado de nombres ampliamente conocidos en el mundo del hampa habría que agregarle el de Hugo Albeiro Quintero, capturado la semana pasada por presuntos nexos con paras. El reconocido zar del transporte en Antioquia y mandamás de Bello siempre había salido bien librado por la justicia, a pesar de su historial delictivo.


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